PASEOS
DESDE EL PEINE DEL VIENTO HASTA MONPÁS
MARITIMO
El mar es el protagonista de este paseo, que comienza en la falda del monte igeldo, y finaliza en la punta de mompás, bajo el monte Ulia.
Un paseo de unos 7 km sin abandonar la costa, recorriendo las tres playas donostiarras -Ondarreta,la Concha y la Zurriola-, cuyo sistema de gestión medioambiental está abalado por el certificado de calidad ISO 14001, Nos permite descubrir la ciudad que se encuentra con el mar, a traves de edificios y construcciónes singulares que decoran el escenario natural.
Los puentes a destacar son los de María Cristina, Santa Catalina y del Kursaal o de la Zurriola.
Comenzamos a hablar del que seguramente sea el más hermoso de todos, el puente de María Cristina, que se inauguró en el año 1905 celebrando la festividad de San Sebastián.
Destacan sus monumentales obeliscos situados en sus extremos, a semejanza de los del puente parisino de Alejandro III sobre el Sena.
También llaman la atención sus farolas y la rosada barandilla, así como las vistas que tenemos desde el mismo y otros objetos ornamentales.
Otro es el puente de Santa Catalina, el segundo desde la desembocadura del Urumea. El mismo comunica el centro urbano con el barrio de Gros, su arquitectura es muy sencilla, sin alardes ni apenas ornamentación.
Lo más llamativo del mismo son sus farolas, sobre todo las primeras de cada lado, porque cuentan con diferentes escudos como el de Donostia y otros en su base. Construido en piedra, es el más antiguo de San Sebastián.
Son hermosas las vistas que desde el puente de Santa Catalina obtenemos del Hotel María Cristina, el Teatro Victoria Eugenia, o el Kursaal, así como los otros dos puentes.
El tercer puente a destacar es el del Kursaal, o como es su verdadero nombre el puente de la Zurriola. Se halla junto a la desembocadura del río Urumea, próximo al Kursaal.
Se levantó con el fin de comunicar la parte vieja con la zona del moderno Palacio de Congresos del Kursaal.
Al igual que el resto de puentes, sus farolas son de lo más llamativo, situadas sobre los pilares del puente, con una especie de globo luminoso sobre un cono blanco y verde.
Todos ellos son peatonales y de circulación rodada, y bien merece la pena dar un paseo por ellos.